Comunidad afgana: un nuevo horizonte de intervención

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Comunidad afgana: un nuevo horizonte de intervención

Por Catalina Pereira- CAM Santiago

La Fundación Madre Josefa, FMJ, a partir del año 2017, abrió sus puertas a mujeres, niños, niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad socio-económica, pertenecientes a la comunidad migrante de nuestro país, atendiendo a la deuda pendiente que existe históricamente en torno al fenómeno migratorio. Este colectivo humano, ha sido mayoritariamente desplazado de manera forzosa de sus países de origen, producto de circunstancias sociales, políticas y económicas que los han obligado a desarraigarse no solo de sus territorios, sino que también de sus familias y culturas.

El trabajo con esta comunidad ha sido complejo y exhaustivo -a raíz de los obstáculos institucionales que preexisten en el aparataje gubernamental-, aun así, hemos logrado ver los frutos de nuestra labor, insertando efectivamente a las familias que llegan a nuestro centro de atención, al sistema de salud, educación e incluso, abriendo oportunidades de empleabilidad y emprendimiento para avanzar en la integración de ellos/as dentro de la sociedad chilena.

Este año, se presentó un nuevo desafío para el Centro de Atención Migrante, CAM,  Santiago: aperturar una línea de trabajo enfocada en solicitantes de refugio y refugiados/as, particularmente, integrantes de la comunidad afgana presentes en la región metropolitana.

Se inició entonces una intervención con este grupo de personas en la comuna de San Joaquín, elaborando un diagnóstico para conocer sus necesidades actuales y monitorear el acceso a los diferentes servicios de las comunas implicadas; así también, realizamos un registro de las intervenciones anteriores que desarrollaron otras entidades (tanto públicas como privadas), para determinar un plan de trabajo cercano a la realidad social de las familias afganas que se encuentran viviendo en Chile.

A través de las primeras actividades planificadas, relataron las principales razones de su salida desde Afganistán, primando el conflicto de los talibanes, quienes entraron a Kabul un 15 de agosto del 2021, tomando control de la capital, y a su vez, impactando en los avances que registraba ese país en materia de derechos sociales para mujeres y niñas, las principales víctimas de la acción de los fundamentalistas.

“Nuestro acercamiento a esta comunidad se ha facilitado gracias a la cercanía que tenemos con uno de sus representantes, quien ha sido un aliado en esta travesía. Asimismo, esta cercanía se ha presenciado en cada uno de los espacios que se desligan de nuestro plan, tales como los talleres y focus group, donde hemos escuchado con atención las experiencias de inserción de esta comunidad en la sociedad chilena, y de las constantes amenazas que se desprenden de la desinformación y la xenofobia”, Catalina Pereira, profesional de apoyo del CAM-Santiago..

La profesional de la FMJ, agrega: “Más allá de eso, en el tiempo que lleva esta intervención, nos hemos encontrado con personas cálidas, que se han visto sometidas a la exclusión por la escasa acción estatal, ya que se carece de un apoyo suficiente que atienda a cabalidad las necesidades identificadas de esta población, sin un acompañamiento a largo plazo que genere una verdadera base para su inclusión social”.

Se espera que a través del vínculo que se está desarrollando, se logre no sólo darle visibilidad a esta comunidad, sino que también aportar al mejoramiento de su calidad de vida, activando las redes asistenciales y ayudándoles con sus problemas cotidianos, los cuales se intensifican al sumar la barrera idiomática y cultural que se desprenden de sus raíces; ese es nuestro compromiso actual.

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